El que gana un alma, salvó al mundo

Antonio Bolainez | julio 27, 2019

El fruto del justo es árbol de vida; el que gana almas es sabio.
Proverbios 11.30

Introducción

“El que gana un alma, salvó al mundo”, dice uno de los dichos morales del libro del Talmud; el manual judío más importante después de la Biblia.

En un artículo que escribí hace unos días,  titulado Los que no eran llamados, menciono que lamentablemente nuestro pueblo de Israel, se negó a ser sembrador de las Buenas Nuevas en la etapa posterior al primer siglo. Porque recuerde que durante los primeros años de nuestra era, fue el pueblo de Israel, por medio de los apóstoles y discípulos de Jesús, y todos los convertidos en Jerusalén, los que impulsaron las Buenas Nuevas del Señor. Fundando ellos mismos, a través de Pablo y Pedro, la iglesia gentil.

Para el segundo siglo, fueron los propios gentiles, convertidos al Señor Jesús, quienes tomaron la iniciativa de propagar el evangelio en todos los siglos siguientes. Los antropólogos opinan, que ya para el segundo siglo, los primeros cristianos de origen judío ya habían fallecido. Y es entonces, donde entra nuestra iglesia gentil hasta la actualidad; destacándose en la edad media los cristianos protestantes europeos; quienes se convirtieron en misioneros en varias partes del mundo; en especial el continente americano.

Pero en los últimos doscientos años, ha sido los Estados Unidos de América, quienes tomaron la gran labor misionera de llevar el evangelio hasta el último rincón del planeta; incentivando con ello al resto de los países de América latina.

Cada iglesia evangélica que se levante, su iniciativa debe ser únicamente ganar cuantas almas pueda para el Señor Jesús. Aunque en todo esto también han surgido muchas sectas religiosas, que lejos de ser un ayuda para el avance del evangelio, han venido a poner trabas a las almas que quieren conocer al Señor Jesús.

Conclusión

El Señor nos encomendó la gran comisión en Marcos 15:15-16, y esa tiene que ser la misión de toda iglesia, y de todo ministro; llámese pastor, evangelista o maestro; inclusive los que se ponen título de profeta y apóstol, y hasta el miembro más humilde de una iglesia. Todos estamos llamados a ser ganadores de almas, porque este es el mandato del Señor.

El ser llamado ministro, nunca debe ser para que se nos rinda pleitesía. Todo lo contrario, los que hemos sido llamados al ministerio, no solo tenemos que ser accesibles a todas las personas, también tenemos que ser ejemplo, como servidores del Señor, en que siempre seamos ganadores de almas.

Visita a Veracruz

El día 31 de mayo y los días 1y 2 de junio, me toco viajar a los poblados de Pajapan, Estado de Veracruz, México. Todos estos pueblos humildes, con una carretera bastante dañada, tienen una gran bendición, y es que están llenos de múltiples iglesias evangélicas pequeñas.

En Pajapan se realizó una campaña al aire libre en el campo de futbol. Y fue una campaña preciosa; aunque con grandes presiones por las condiciones climáticas. El viernes apenas estaba terminando el mensaje, cuando se nos fue la luz. El sábado empezó a llover por la tarde, y nos pusimos muy nerviosos de que se continuara la lluvia en la noche; pero gracias a Dios, eso no sucedió, y tuvimos una asistencia preciosa.

Fue impresionante ver cantidades de pequeños camiones, llenos de hermanos, bajando de los diferentes pueblos al evento. Esa noche tuvimos una preciosa cosecha de almas, pero la presión más grande, la tuvimos el domingo. Apenas iba a dar inicio la campaña, y en los pueblos aledaños, a solo 15 minutos de distancia, ¡estaba lloviendo! al llegar al campo de futbol, había nerviosismo y solo nos quedó clamar al Señor.

El evento inició y los cielos rápidamente empezaron a aclararse, y se rompió el record de asistencia esa noche. Fue precioso ver a cientos de personas llegando de todos los pueblos, en camiones, microbuses, motocicletas y hasta en caballos; pero lo mejor fue el final ¡Una gran cosecha de almas para el Señor!

Para nuestro ministerio, estos eventos en México, prácticamente los consideramos como una inversión misionera, a pesar de nuestras necesidades ministeriales; pero la motivación que nos queda es enorme. Sencillamente en mis oraciones en privado, solo le digo Señor, tu eres nuestro proveedor, y gracias por darme el privilegio, junto a los preciosos hermanos que me acompañan de otras ciudades de México en esta labor misionera, de ser parte de esta encomienda de ser ganadores de almas para el Señor Jesús.

Tal como lo dijera el Apóstol Pablo en muchas de sus cartas, a pesar de sus necesidades, él siempre estaba gozoso de ser un ganador de almas:

Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar al mayor número.
1 Corintios 9:19

Quería compartir con ustedes esta corta reflexión, como una forma de agradecimiento, de que el Señor, nos diera el privilegio de compartir en esta campaña; donde Él mismo ordenó a las nubes detenerse, para que sus hijos pudieran recibir palabra.

Les comparto algunas fotos del último día como testimonio, y aprovecho a la vez para decirles a todos ustedes: Gracias por sus preciosas oraciones por nuestro ministerio, para que el Señor nos siga respaldando en ser ganadores de almas; los considero también a ustedes como parte de esas bendiciones.

Dios les bendiga.
Antonio Bolainez.