Cuando el llamado es de Dios

Antonio Bolainez | noviembre 4, 2020

Entonces dijo a sus discípulos: «A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies». Mateo 9:37–38 (RVR95BTO)

Introducción

Permítame compartirles esta corta reflexión sobre los llamamientos al ministerio, que inició desde la época en que YAHWEH estableció el sistema ministerial religioso en su pueblo; siendo Moisés y Aarón los primeros en ser llamados y ordenados como ministros del Señor, al frente del rebaño de Israel.

Pero al cabo de los siglos, múltiples personajes, algunos utilizando la casta, o descendencia familiar en el ministerio, se proclamaron ellos mismos como ministros, sin haber sido llamados. Ellos se auto proclamaron así, porque miraban en el ministerio una forma de supervivencia, de poder o de control hacia los rebaños.

El Señor Jesús se dio cuenta de esta tragedia, cuando vio a las multitudes y tuvo compasión de ellos, ya que los líderes religiosos se creían súper ungidos, pero no ofrecían ninguna guía que supliera las necesidades espirituales de las almas.

El Ministerio como fuente de ganancia

Un gran siervo del Señor de origen puertorriqueño, a quien conocí en Atlanta hace años, me compartía la siguiente historia:

“Yo vivía en Miami, donde ejercía mi ministerio de Evangelista. Un día, me fui al mercado popular de los cubanos y nicaragüenses, y mire a un hombre de origen centroamericano, vendiendo tornillos y otros artefactos de ferretería. Me impacto la audacia que tenía para vender, que le dije, si tú te llegas a convertir en predicador, atraerás multitudes. Y no necesitarás vender tornillos, si sirves a tiempo completo al Señor. Así comenzó en aquel tiempo una amistad entre nosotros.

Él ya asistía a una iglesia chica, así que me empezó a acompañar a algunas campañas, y también comenzó a predicar.

Después, inició un programa de radio junto a su esposa, y empezó a crecer rápidamente su audiencia, pero no había sido ordenado al ministerio. Sus pastores, de origen anglo, le pidieron que se sometiera a los reglamentos de la iglesia, para ser ordenado. Pero él se resistió, y prefirió retirarse con un grupo de hermanos para fundar su propia iglesia.

Hoy en día este personaje es súper famoso, se auto proclamó apóstol, y multitudes de pastores latinos se someten a él; aunque él mismo nunca se sometió a nadie.

Un día, fui a su súper iglesia en Miami para saludarlo”, me comentaba el pastor, “y sus guarda espaldas no me dejaron acercarme a él. Y solo me dijo de largo: “No tengo tiempo para recibirte”, y me pidieron que me fuera.

Yo me dije, ese no fue el hombre que yo conocí en en aquél mercado; ese hombre que anduvo conmigo, y que hasta le llegué a ceder mi cama, durmiendo yo en el sofá, cuando andábamos en las campañas. Me di cuenta que él estaba utilizando el ministerio solo para hacerse rico y famoso; y lo logró.

Entendí que ese hombre nunca fue llamado por Dios”, me compartía este siervo de origen puertorriqueño.

Esta pequeña historia es triste, pero lamentablemente desde el antiguo testamento encontramos historias muy parecidas. De personajes que se filtraron en el ministerio e hicieron mucho daño. Si no cree, pregúntele al propio Señor Jesús, quien constantemente se enfrentó a ellos, y el Señor les dejo muy en claro que Él nunca los había llamado (Juan 8:44).

Un llamamiento genuino

Del 9 al 11 de octubre, me tocó ministrar en una iglesia joven, de apenas cinco años de haber nacido como congregación, pero con una historia preciosa.

Su fundador es el pastor Agustín Carbajal, quien antes de ser pastor, era gerente de un prestigioso banco en Dallas, Texas. Él y su esposa lideraron el ministerio hispano en una iglesia evangélica de personas provenientes de la India.

Al ver el pastor principal de aquella congregación que el grupo hispano había crecido, le dijo que tomara el control total, ya que al haber sido él quien llevo a cabo esa labor de apóstol, era la persona indicada para quedar al frente.

El hermano Agustín se dio cuenta que era tiempo de atender al llamado al ministerio. Pensó incluso salir con el grupo hispano y fundar la iglesia; pero el Señor le habló en una madrugada y le dijo: “Te vas a ir únicamente tú y tu familia, y comenzarás la iglesia con tu familia”.

En ese tiempo, como una lección, se quedó sin trabajo, así que tuvo que comenzar prácticamente desde abajo. Y así fue como inició su ministerio.

El hermano, su esposa e hijos son Tex-Mex, es decir hispanos de segunda generación, de origen mexicano pero nacidos en Texas; su primera lengua es el inglés, y en su vida cristiana siempre asistieron a iglesias anglos o de habla inglesa.

Una semana salió con su esposa a buscar en una de las iglesia anglos, para ver si le apoyaban con algún espacio en sus templos para comenzar la obra. Las iglesias que lo atendieron le cerraron las puertas, y mientras regresaban tristes a casa, vieron un precioso templo de las Asambleas de Dios. Entró, habló con el pastor, y le dijo que viniera a una reunión del consejo.

Al llegar el día de la cita, todos eran ancianos anglos. Le pidieron que presentara su plan, el número de miembros y estado financiero. El hermano Agustín respondió: Los miembros, serán los hispanos vecinos a quienes ganaremos, y no tenemos una cuenta bancaria. En otras palabras, no calificaban.

Los ancianos deliberaron, y finalmente le ofrecieron un pequeño salón en la propiedad, y así comenzó su iglesia.

En pocos meses ya no cabían en el pequeño salón, habían crecido mucho. En una ocasión, un Misionero anglo los visitó antes de ministrar en la reunión con los anglos. Salió tan impactado, que en la prédica, exhortó a la treintena de ancianos a que le permitieran a los hispanos usar el templo, y los ancianos tomaron la decisión pasarse al salón que estaban utilizando los hispanos, y darles el santuario a ellos, porque eran muchos más.

Al cabo de un año, los anglos pusieron en venta el templo por un millón de dólares. Empezaron a llegar pastores hispanos para querer comprarlo. Uno de esos pastores le dijo al pastor Carbajal: Puedes comenzar a salir con tu gente, porque nosotros vamos a comprar este lugar. Me preocupe mucho, comentaba el pastor Agustín, pero finalmente este grupo hispano no pudo comprarlo.

Por último llegaron unos musulmanes con dinero en mano, para convertirlo en una mezquita. Pero los ancianos tomaron la decisión de no vendérselos. Uno de los ancianos recibió un mensaje del Señor, donde le mostraba que el templo debía ser para el pastor Agustín Carbajal.

Le dieron la noticia al pastor de que ya no venderían, que los dejarían para que ellos lo siguieran usando, porque ellos ya habían comprado una bodega, que iban a ampliar, para congregarse. El pastor Carbajal no solo agradeció, también le dijo que querían seguir bajo la cobertura de ellos y con el mismo nombre del templo.

Conclusión

El día 9 de octubre estuvo presente el pastor anglo, para celebrar juntos, el quinto aniversario de esta joven iglesia de las Asambleas de Dios, distrito anglosajón.

Para mi ha sido un privilegio el haber sido parte de este aniversario de esta joven iglesia, en donde hemos visto que el llamamiento del pastor Agustín, fue totalmente de Dios.

Recuerden, los ministerios no se compran en un Instituto Bíblico, tampoco se heredan. El verdadero ministerio, es para los que son llamados directamente por Dios. Por eso el Señor Jesús nos exhorta a orar, para que sea el Señor quien nos mande obreros a Su viña.

Dios bendiga a la iglesia Rey de Gloria y a su pastor.

Les comparto algunas fotos con el pastor Agustín y el pastor anglosajón, y también algunas fotos de los servicios donde ganamos almas nuevas para el Señor.

Que el Altísimo me les bendiga.
Shalom.
Antonio Bolainez.