El poder de la restauración

Antonio Bolainez | abril 20, 2022

“Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al Mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Dídimo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.” Juan 21:1–2.

Introducción

He estado muchas veces en las arenas del gran lago de Galilea, es uno de los lugares que siempre visito, y al que trato de llevar siempre a los grupos de peregrinos que me han acompañado a Israel.

En la primera foto que les comparto, en la que estoy señalando la inscripción en la piedra, es en una antigua iglesia de la época de Elena la mamá de Constantino, que se localiza a la orilla del mar de Galilea.

Según la historia, ella indagó acerca del lugar de unas de las apariciones del Señor Jesús tras su esurrección, y encontró que fue en este lugar donde ocurrió el hecho narrado por Juan en el capítulo 21.

De regreso al antiguo oficio

Pedro, después de los eventos de Jerusalén, había regresado a Galilea, y con él varios de los apóstoles (Tengo un estudio que pueden ver en mi canal en youTube titulado El mensaje de la restauración donde hablo acerca de la restauración del Apóstol). Pedro había regresado a su antiguo trabajo que era la pesca, y es probable que él se sintiera moralmente avergonzado por haber negado al Señor en el momento más duro de la crucifixión.

Y aunque estaba contento por su resurrección, estaba profundamente avergonzado ante sus compañeros, y es probable que no se sintiese digno de ser el líder delante de ellos.

Esa mañana, mientras regresaban de pescar, apenas estaba rayando el alba, cuando vieron a un hombre que los esperaba a las orillas del lago.

Aquél forastero les dijo en voz alta: ¿muchachos tienen algo de comer? Ellos dijeron: No hemos pescado nada toda la noche; él les dijo: Tiren la red de nuevo, ellos lo hicieron y al instante la red estaba llena de peces. En ese momento Pedro se acordó del mismo incidente, cuando años atrás, había sido llamado por el Señor, y sin perdida de tiempo se lanzó a las aguas.

Al salir el Señor los estaba esperando con pescado a la braza y pan. Les dio de comer, y finalmente el Señor le hace la pregunta profunda a Pedro por tres veces: ¿Pedro me amas? La historia es linda, por favor léela toda en Juan capítulo 21.

Conclusión

El mensaje que el Señor le dio a Pedro, fue que debía de superar su crisis ministerial. Y de inmediato el Señor lo restauró.

Es por eso que siempre que usted mire a un siervo de Dios pasando por momentos difíciles, o que ha tenido un percance ministerial, no se una a Satán y sus demonios, para tratar de hundir más en el abismo a ese siervo. Todo lo contrario, ore por él y dele palabras de aliento.

No olvide que la restauración viene desde el Antiguo testamento. Como dice el proverbio: Siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse. Porque el Señor lo restaura.

Cuando veas a un siervo o hermano caído, solo ayúdalo, porque el Señor lo puede restaurar si él vuelve su rostro al Señor, y tu podrías quedar en vergüenza.

Pedro, después de las palabras de restauración del Señor Jesús en el mar de Galilea, nunca mas volvió a ser el mismo. Fue el gran siervo del Señor el resto de sus años y murió como mártir de Él.

Les dejo las siguientes fotos a las orillas del mas de Galilea, el lugar donde sucedió este acontecimiento precioso, en una de las varias apariciones del Señor Jesús en su resurrección.

Shalom.
Antonio Bolainez