La gratitud un regalo de Dios

Antonio Bolainez | noviembre 8, 2021

Arbol antiguo con un gran tronco

“En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en tiempo de angustia.” Proverbios 17:17 (RVR95BTO)

Introducción

Cuatro hijos adultos se sentaron en la sala de una de sus casas para tomar una decisión drástica: Qué hacer con su anciano padre en los últimos años que le quedaban de vida.

El mayor de los hermanos dijo: Yo no puedo llevarme a mi padre a mi casa, porque no tengo espacio para él. El segundo dijo: Yo tengo cuatro hijos y todos tienen mascotas, no tendríamos tiempo para atenderlo. El tercero dijo: Yo tengo dos niñas muy pequeñas, y no creo que sea buena idea tener un anciano viviendo con ellas. El último de ellos dijo: Yo estoy planeando casarme, y no estoy en condiciones de poder cuidarlo.

Como ninguno de ellos quería tomar la responsabilidad de encargarse de su padre en la ancianidad, decidieron tomar una acción unánime: Llevaremos a nuestro padre al bosque. Le diremos que iremos a pasear en aquel bosque que a él siempre le gustaba visitar desde que nosotros éramos niños. Lo llevaremos junto al gran árbol viejo, y una vez en el lugar, lo dejaremos uno por uno hasta que quede solo; y de esa manera no lo miraremos morir.

Después de varias semanas emprendieron el plan y fueron todos juntos al bosque. Cuando llegaron al viejo árbol, sin que el padre supiera lo que tramaban sus cuatro hijos, el anciano empezó a dar vueltas y vueltas al rededor del árbol mientras lloraba.

Sus hijos intrigados por lo que veían le preguntaron: Padre ¿por qué estas haciendo eso, y lloras con dolor? El anciano respondió, porque cuando mi padre eran anciano, mis hermanos y yo lo trajimos a este bosque, y en especial a este viejo árbol, y lo dejamos morir solo.

Los cuatro hermanos se miraron unos a otros y rompieron en llanto por el gran daño que iban hacer, y que finalmente ese mal caería también sobre ellos.

Un ejemplo de servicio

Del 5 al 7 de noviembre estuve en la ciudad de Houston, Texas, en la Iglesia Voz del Salvador, y su pastor fundador Rene Castillo. Fue una bonita experiencia el habernos reencontrado con el pastor Rene, porque él, junto con más de un centenar de pastores –hoy en día algunos ya con el Señor–, fueron mis estudiantes en la Universidad en Austin, entre los años de 1977-78.

El pastor Rene me llevo el sábado hasta un asilo de ancianos para ir a visitar a un gran siervo del Señor, quien fue un gran predicador y fundador de múltiples iglesias. Él es el pastor Juan Herrera, quien dio toda su vida en servicio al Señor; y aunque ya tiene múltiples de deficiencias de salud, me dijo ese sábado: “Mi trabajo no ha terminado, todos los días siempre estoy predicándoles a los pacientes aquí también, mi descanso será cuando pase con el Señor”.

Salí conmovido de ese asilo con las palabras del siervo del Señor Juan Herrera, porque a veces muchos de nosotros los ministros nos quejamos, o argumentamos estar cansados, cuando todavía no hemos hecho todo el trabajo del Señor.

Conclusión

Aprendamos a siempre dar gracias al Señor y a trabajar para Él hasta que se nos cierren nuestros ojos y pasemos a su presencia. Evitemos ser personas contenciosas –aún en las redes sociales–, porque lo que sembramos eso cosecharemos.

Meditemos en la moraleja del relato que les compartí al inicio de esta reflexión, para ser buenos hijos y evitemos dejar abandonados a nuestros padres ancianos. Cuidemos de ellos y el Señor nos bendecirá cuando nosotros también lleguemos a la vejez.

Fue una gran bendición estos tres días con el pastor Rene y la hermosa iglesia que el Señor le permite pastorear –además de las congregaciones que el pastor Herrera le dejó encomendadas–. Fueron tres días preciosos y una linda cosechas de almas.

Dios les bendiga mis queridos hermanos que siempre me apoyan con sus palabras de aliento, y también a quienes siembran para que pueda seguir viajando, predicando y ganando almas para el Señor. Recuerden amados hermanos que todos somos parte del equipo del Señor, por lo tanto todas esas almas que son salvas, semana a semana, son frutos de ustedes también.

Les comparto algunas fotos con el pastor Rene y el tiempo de ministración en la Iglesia Voz del Salvador.

Que el Señor Jesucristo me les bendiga grandemente.

Shalom.
Antonio Bolainez.